miércoles, 27 de agosto de 2014

El seguro de ahorro y el tipo de interés

Cuando invertimos nuestros ahorros nos preocupa generalmente la seguridad de la vía de inversión elegida y la rentabilidad que se produzca en el tiempo. 

Cuando nos hablan de rentabilidad de un depósito, de un fondo de inversión, de una imposición a plazo, de un seguro, o de un plan de pensiones, nos preocupa saber si lo que nos hablan de tipo de interés está o no garantizado, que posible riesgo tenga la inversión, y si el tipo de interés es razonable a lo que pensamos se puede obtener en el mercado, aceptamos sin conocer realmente otros componentes de la inversión. Y claro no olvidemos que con quien formalicemos la inversión también gana dinero. 

Es decir si por una imposición a plazo nos dan un 2% de interés, será porque la Entidad Financiera con el dinero que le damos, va a obtener una rentabilidad  superior a la que nos da. Es decir quien administra y gestiona el dinero cobra un diferencial siempre, aunque según el tipo de inversión el mecanismo sea diferente.




¿Y como funciona en los seguros la rentabilidad que se aplica en los contratos?

Los seguros de ahorro garantizan un tipo de interés que se denomina técnico y con él se garantiza un capital para el final del período de contrato. Además de este tipo de interés técnico se da una rentabilidad adicional por dos vía bien por participación en beneficios a final de año o por anticipado según los activos que disponga la Aseguradora.

Pero analicemos cada concepto.....

El interés técnico ¿Que es? Es el tipo de interés garantizado que como máximo anualmente la Dirección General de Seguros indica cual es el que se puede aplicar. Las Aseguradoras pueden aplicar este máximo o un interés inferior. Si nos dicen que el tipo de interés técnico es del 2% ¿Quiere decir que obtendremos una rentabilidad real del 2%?. Pues efectivamente se aplica el 2% pero no sobre el 100% de la inversión realizada (prima de seguro), sino que dependiendo de los gastos de gestión y comercialización que tenga la Aseguradora se aplicará sobre un porcentaje que aunque sea cercano al 100% no es sobre la totalidad de lo abonado o invertido. Así si calculásemos la rentabilidad real o tasa interna de rentabilidad de la inversión observaríamos que sobre el interés técnico del 2% la rentabilidad real sería de un 1,85 % o un 1,75%, dependiendo de los gastos de la Aseguradora, este porcentaje calculado sobre el 100% de lo invertido será diferente.

De esta forma la Aseguradora se cobra de los gastos que necesita para administrar las inversiones de sus Clientes y tener un pequeño margen de beneficio por cada contrato de seguro.

Si por encima del interés técnico lo que se da es una participación en beneficios, ¿esto como funciona?. Pues en este caso se invierte todo el dinero recaudado de los diferentes clientes y a final de años se reparte el 90 o 95% del resultado de estas inversiones, en cada contrato la parte que le corresponda. Es decir que la Aseguradora se cobra por gestionar las inversiones entre un 5 y un 10% pero no del patrimonio administrado sino del resultado de las inversiones. Dependiendo de la Aseguradora el margen será inferior o mayor.

Y si en lugar de dar una participación en beneficios se da un interés adicional al tipo de interés técnico por anticipado, ¿Como funciona?. Aunque el método anterior es el generalmente utilizado, cada vez más se utiliza este otro método que consiste en que la Aseguradora compre unos activos que le permitan dar una rentabilidad superior al interés técnico y cobrándose el diferencial en similitud al procedimiento anterior, en este caso ya garantiza por anticipado que a la inversión realizada por el Asegurado se aplicará en el trimestre, semestre o anualidad siguiente ese tipo de interés, el 3%, el 3,5% o el 4,5%. 

Las Aseguradoras dado que la rentabilidad que aplican queda garantizada, una parte en todo el contrato y otra conforme se va generando, invierten con criterios de seguridad, lo cual permite a los Clientes tener la confianza de que es una inversión segura (valga la redundancia), aunque la expectativa de rentabilidad no es tan alta como si invirtiésemos en renta variable, pero lógicamente no se está expuesto a los riesgos de obtener rentabilidades negativas.

Los seguros de ahorro, por tanto, son una inversión que bien para planificar la jubilación o bien para acumular un capital en el tiempo permiten obtener unos rendimientos de gran valor y sobre todo sin sobresaltos.

Eso si, las Aseguradoras, también cobran dinero por su gestión, de no ser así no podrían ejercer la labor que realizan. En ocasiones no se entiende bien como se consigue la rentabilidad en los contratos de seguro, pero confiamos que aunque con este artículo no hemos pretendido dar una explicación técnica sirva, para entender el concepto de un forma útil y de confianza.

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