viernes, 7 de agosto de 2015

El riesgo y como lo asumimos

En cierto modo todas las personas estamos expuestas a una serie de riesgos cotidianos que simplemente se derivan de donde vivimos y nuestros colindantes, o de nuestros hábitos de vida y nuestras costumbres.

Nuestros vecinos influyen, dado que pueden originar un incendio o explosión accidentalmente y afectarnos a nosotros o nuestros bienes, y según cuales sean nuestras aficiones, actividades laborales y de ocio pueden surgir otros riesgos.

Evidentemente sobre lo que hagan los vecinos no podemos actuar, y solo la buena suerte o la mala suerte, implicará que nunca se produzca ningún daño o que se llegue a materializar. Pero sin duda sobre nosotros si podemos actuar y para ello sin duda debemos reflexionar, ¿como?:


  1. Analizando nuestras actividades y riesgos asociados.
  2. Valorar sus posibles consecuencias
  3. Minimizar o evitar los riesgos
  4. Determinar que riesgos podemos asumir con nuestro patrimonio
  5. Transferir el riesgo a un tercero: Aseguradora.
No hacer nada, por indiferencia o por no entender la probabilidad de ocurrencia, puede suponer un grave problema si llega a producirse algún riesgo, al no tener nada previsto de compensar los daños, y solo tendremos nuestro patrimonio como solución al problema, y además podría resultar insuficiente según la dimensión que alcancen los daños.

Así, al analizar los riesgos y transferirlos a las Aseguradoras hemos de ser minuciosos, y no solo pensar en el precio del seguro. Las coberturas, límites de protección, sumas aseguradas, garantías que se incluyen, franquicias que se fijan a cargo del Asegurado, pueden influir en como se resuelva en el futuro el siniestro.... Asesorarnos profesionalmente, ayudará en la toma de decisiones,... ¡no te fijes solo en el precio!, ¡asesórate!
 
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viernes, 5 de junio de 2015

El seguro y el precio de lo que nos gastamos

En diferentes situaciones de la vida cotidiana necesitamos disponer de un seguro, en ocasiones nos obligan (las leyes principalmente) y en otras nos sentimos obligados, y no muchas veces formalizamos el seguro por un acto reflexivo de necesidad.

Por un lado queremos estar protegidos de forma que ante determinados hechos desfavorables contemos con una indemnización suficiente, pero casi siempre además buscamos pagar lo menos posible.

Los reclamos no son por las coberturas y lo que el seguro responde, sino lo que podemos ahorrarnos... un actor o persona muy conocida y con carisma, se convierte en un hipnotizador de masas para atraer a contratar un seguro como si realmente conociese algo del tema, y sus consejos estuviesen basados en criterios técnicos y razonados.

Campañas publicitarias de regalos, y de descuentos suenan como música celestial de lo que nos ahorraremos... y empezamos a sumar dinero en lo que nos gastamos: el coche, la casa, la salud, el seguro de vida de la hipoteca... y empezamos a su vez a restar, si de este seguro me ahorro esto, y del otro aquello... ¡caramba! lo que me podré ahorrar.

Pero no sabemos que generalmente el ahorrar dinero sin más, puede venir dado por reducir garantías y límites, que no siempre quisiéramos dejar de tener. Y así a la larga ese ahorro, falso ahorro, puede salir caro.

El seguro debería ser algo más.... sino nuestro patrimonio puede, con el tiempo, verse afectado. Los profesionales y asesores cualificados se reconocen no por su fama sino por su capacidad de explicar, argumentar y aconsejar. Hay muchos, pero debemos más pensar en ellos y en lo que nos aconsejan, y no exclusivamente, en el ahorro de dinero.

Para similares garantías pueden haber precios diferentes, pero cuando las diferencias de precio son altas, las causas siempre provienen de las garantías no cubiertas y la reducción en los límites de protección.

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domingo, 8 de febrero de 2015

El seguro y sus reglas....

La amistad, la obligación, o el simple impulso de alguna campaña o promoción suelen ser las fórmulas más frecuentes de contratación de seguros. Me lo ofreció mi sobrino, me obligó a contratarlo un Banco al solicitar un préstamo, es un requisito legal para una actividad que quiero desarrollar, me lo ofrecieron y al contratarlo me regalaban un ipad....

¿son malas o erróneas estas formas de aseguramiento?. No ni mucho menos, pero además deberíamos exigir o advertir que el seguro tiene unas reglas y si no las advertimos con el tiempo terminaremos pagando caro el atrevimiento.

No todos los seguros son iguales, el precio no es la única motivación que debemos tener en cuenta para contratarlo o para ofrecerlo a nuestros Clientes. Hay que ponerlo en relación con las coberturas y diferenciar cual es el nivel de protección que deseamos.

El tiempo juega un papel importante en el seguro. Y a lo mejor nuestro sobrino, primo o hermano nos ha vendido un seguro perfectamente acorde con la situación nuestra y de nuestros bienes al comprarlo y del seguro en cuanto a sus condiciones... pero al cabo de los años nosotros habremos modificado nuestro patrimonio y circunstancias y el seguro puede tener mejores o más novedosas condiciones. Si no revisamos el seguro simplemente porque quién nos lo ofreció fue una persona de nuestra máxima confianza, simplemente por no actualizar el seguro o al menos revisarlo podemos estar cometiendo algún error que nos afecte a la hora de una futura indemnización.

Hay seguros obligatorios, por la legislación o simplemente al solicitar algún tipo de financiación debemos proteger el bien que financiamos por exigencia de la propia entidad financiera. Los seguros obligatorios suelen tener un mínimo de protección que se exige y otro nivel superior de cobertura complementaria. Es fácil quedarse solo con el nivel obligatorio sin llegar a comprender o saber en que mejora la parte complementarias. Y no sería difícil que en el futuro el siniestro que se origine tenga más relación con la cobertura que no hemos contratado que con la que sí lo hemos hecho. 

Saber entender el seguro como funciona y las posibilidades de atender ciertos riesgos es imprescindible si queremos conseguir que el seguro seas eficaz. Desde este portal independiente queremos trasladar conceptos, ideas y sugerencias que nos ayuden a alcanzar una mejor protección de nuestros intereses, teniendo en cuenta que esto además nos defenderá nuestro propio patrimonio.


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